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viernes, diciembre 19, 2008


Del desamor como motor de inspiración I: La Literatura.

“¿Será que lo que hace la felicidad del hombre, al mismo tiempo es la fuente de su desgracia?”

Werther, de J.W. Goethe


Sí, duele cuando te hacen mierda el corazón, y la herida aún está abierta. El quiebre de una relación siempre es un trago amargo, un final aciago al que nadie quiere llegar. Lo que fue, se lo comerá el polvo y el tiempo. Es hora de realizar el ritual, cavar en la lóbrega superficie, agarrar la cajita con los recuerdos que te acechan como fantasmas en las noches, y depositarlos ahí, para luego echar tierra encima, y olvidar, olvidar, olvidar.
Así ustedes, mis queridos sindicalistas furiosos, podrán apreciar que misteriosamente ha desaparecido un link de mi lista. Olvidar.
Pero nunca hablo de mí, y esta no será la excepción. La procesión irá por dentro y la pena me la tragaré (¿o no?)

El dolor inflingido al corazón producto de un tortuoso amor, es una fuente de creatividad infinita.

En la literatura hay varias obras que tocan el tema, pero la idea es sondear más a fondo, y analizar si el autor de la obra ha sido impulsado por ese horrible sentimiento de abandono y rechazo para escribir la obra.

Como se darán cuenta, últimamente he estado leyendo Werther de Goethe. Es una hermosa historia que trata sobre el tema. Pero para entenderlo, es necesario saber un poco sobre la vida de Goethe. De profesión abogado, a los 24 años conoció a Carlota Buff, enamorándose perdidamente de ella. Lamentablemente ella estaba comprometida con un sujeto (del cual Goethe luego se hace amigo). La desgraciada situación hace que Goethe se vaya de la ciudad, y piense en el suicidio. En ese mismo momento le llegan noticias, de que un amigo diplomático, se había suicidado por un amor imposible hacia una mujer casada. Estos fatídicos hechos inspiran la pluma veleidosa de Goethe y escribe su famosa novela “Los Sufrimientos del joven Werther”. La trágica historia casi biográfica del mismo Werther, quien desfallece ante el amor esquivo de la joven Lotte. La novela alcanzó una popularidad exorbitante en Europa durante 1774, la juventud de la época se identifica de tal modo con Werther que imita tanto su lenguaje, su indumentaria, sus actitudes e incluso algunos terminaron volándose los sesos como el mismísimo Werther.

Otro ejemplo clásico se da con Dante Alighieri. El genio creador de esa sublime obra “La Divina Comedia”, tenía un gran amor: Beatriz Portinari. Desafortunadamente ese amor tuvo caminos separados, pues Beatriz se casó con otra persona, así también Dante. Sin embargo, Dante siempre la consideró como el amor de su vida, y su musa. Fue tal su devoción por este amor no correspondido, que convierte a Beatriz en la guía al Cielo en su obra “La Divina Comedia”.

Así también hay miles de ejemplos: Hamlet que sufre por el amor de Ofelia, Romeo por Julieta, Don Quijote por su Dulcinea, Claude Frollo por Esmeralda en el Jorobado de “Notre Dame”, etc.…




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