“…Se supone que tu ego debería disolverse, y te darías cuenta de la verdadera naturaleza de nuestra realidad, la cual es mental, y que somos literalmente uno y que no existe tal cosa como la muerte, y que nuestros cuerpos son una ilusión, y que el amor eterno de Dios es incondicional y nunca lo hemos dejado, aparte del sueño de la caída de la Gracia Divina, el cual es sólo un sueño ilusorio, y que a Dios nunca le ha faltado amor para nosotros, y que podemos despertar y recordar el amor eterno e incondicional de Dios”.
Bill Hicks
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