The idiot statement

A la Polly, que tanto le gusta el tema, y para acabar de una vez por toda con los artículos sobre Porno:

¡¡¡PORNO, PORNO, PORNO!!! O Una Noble Defensa del Porno.

Déjame adivinar, ¿te causó curiosidad el título de este artículo? ¿Te las das de macho maduro que pasó la etapa infantil de ver pornos, por lo mismo dices no ver porno por Internet, aunque igual de repente te pica el bichito y te metes a una que otra página media cochinita? Ya sé, tienes mina y dices: ¡por favor ya no necesito pornos! (vil mentiroso) ¿O te consideras un acérrimo defensor(a) de que las páginas porno y la pornografía en general es para mentes totalmente retorcidas y degeneradas?

Como sea, te han dicho y ya lo has incorporado; el porno es malo.

Así y todo, resulta curioso que muy poca gente admite que ve o ha visto películas porno, sin embargo junto a la venta de armas, es uno de los negocios más prolíficos a nivel mundial.

Mierda, la tele y los medios nos invaden con imágenes de publicidad bastante subidas de tono, y que sin embargo, no tienen ninguna vinculación con el producto que vende. Y nosotros ¿Qué hacemos? Compramos el producto. Algo de razón tenía Korn en su tema “A.D.I.D.A.S” (All Day I Dream About Sex).

El porno es malo. Claro la pornografía se vincula con la indecencia, y la indecencia con lo obsceno, y se dice que lo obsceno es lo sucio. Pero ¿quién define “qué es lo sucio”, un psicólogo, un periodista, un borracho?, asimismo ¿quién define “qué es lo limpio”?

Yo soy católico o por lo menos trato de serlo, pero que concepto más errado manejan nuestros mártires sobre lo que es el tema del amor. Por ejemplo: San Pablo, en la carta de Corintios, decía que el matrimonio era un refugio de débiles para huir de las tentaciones de la carne. San Agustín dice que ¡¡¡ el contacto físico con la mujer precipita al hombre a un pozo de degeneraciones espirituales !!! Yeah, right.

Creo que más acertada es la aproximación que hace Theodor Schroeder, quien señala que la obscenidad no se encuentra en un libro o en una representación, sino que supone “una cualidad de la mente que lee o mira”. Así, la pornografía no se halla tanto en las cualidades del objeto sobre el que se aplica, como en la actitud del que lo juzga. Como dijo Woody Allen, “el erotismo es la pornografía del otro”. Es decir, es el censor quien aporta los atributos de obscenidad y no su objeto de desprecio.

Ahora los defensores moralistas me pueden decir; “oye Carlos, la pornografía es de mal gusto”. Bueno, yo les respondería: “Si la pornografía es de mal gusto, ¿qué es el buen gusto?”.

Vayamos más lejos, apliquemos un barniz de cultura general. Los frescos romanos que hoy se consideran como una “pieza de gran valor artístico e histórico” muestran orgías bacanales con hombres y mujeres en diversas posturas amorosas. Pero claro, eso no es pornografía, ni erotismo, eso es arte. La pornografía es fruto de una conducta humana reprobable, es lo que nos han dicho. Pero qué pasaría con Pablo Picasso y sus “Violaciones”, con Salvador Dalí y “El Gran Masturbador”, con Manet y su “Olimpia”, o en el plano literario, con un Henry Millar, una Anaís Nin, con Las Mil y una Noche o “El arte de amar” de Ovidio. Claro, supongo que para los conservadores moralistas estas creaciones son fruto de mentes perturbadas.

Otra cosa que se dice, es que la pornografía denigra a la mujer al tratarla como objeto, que entroniza el “machismo”. Sin embargo, nadie dice que Anaís Nin era feminista, pese a que ha escrito sobre erotismo “obsceno”. Además, si la sociedad es machista, entonces hay que aplicar esa misma valoración a cualquier otro género de la actividad humana, no solo a la industria del porno. La política también es machista.

Por último, hay gente que dice que las películas porno es onanismo visual, se basa en clichés predeterminados (diálogos innecesarios, situaciones ridículas, etc.). No obstante, las porno tienen que ceñirse como todo género a un conjunto de esquemas, es como decir que el Western es previsible y repetitivo (El salón, el cuatrero, desierto, etc.).

Me gustaría ver qué clase de argumento pueden esbozar contra la pornografía ahora. Jajaja.

PD.- La pintura corresponde a Edouard Manet y se intitula "Olimpia" (1863).