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miércoles, marzo 28, 2007


Hablemos de Historia con Carlitos.
Episodios IV y V.

4.- Chile fue un país que durante trescientos años estuvo al alero de España, la que durante un buen tiempo nos expolió de nuestros recursos naturales, de nuestras riquezas, reventándonos con tributos a favor de la familia Borbón y cometiendo toda suerte de atropellos contra lo población nativa. Afortunadamente un buen día nos independizamos. Ya ha pasado tiempo de ello. Nuestra madre patria nos reconoció como hijo legítimo en el año 1844 (Es decir, en ese año España reconoció la Independencia de Chile). No obstante resulta curioso - parece que las costumbres pesan más- que hoy en día, en pleno siglo XXI, nuestra madre patria tiende a fortalecer nuestros lazos afectivos, es así como pululan en nuestra atmósfera nacional sus microbios, es así también como encontramos la presencia española en : “Telefonía, bancos, agua potable, generación de electricidad, carreteras cedidas para que cobren peaje, derechos de pesca industrial, instituciones de previsión social forzada (AFP), edición de libros, colegios e influyentes sectas religiosas.

5.- Al aproximarnos al bicentenario, la población indígena, en especial la mapuche, se encuentra más discriminada, empobrecida y arrinconada que en tiempos de la Independencia. Gran aporte a la situación misérrima de los araucanos, fue la llamada “Pacificación de la Araucanía”, que culminó con la declaración de las tierras araucanas como propiedad fiscal y con el posterior reparto de tierras entre colonos extranjeros (suizos, españoles, franceses, alemanes e ingleses) que llegaron a raudales. Cito un fragmento de Pablo Neruda de “Confieso que he vivido” con el propósito de ilustrar esta “Pacificación de la Araucanía”: "...Pero los chilenos continuaron lo que se llamó la pacificación de la araucanía”, es decir, la continuación de una guerra a sangre y fuego para desposeer a nuestros compatriotas de sus tierras. Contra los indios, todas las armas se usaron con generosidad: el disparo de la carabina, el incendio de sus chozas, y luego, en forma más paternal, se empleó la ley y el alcohol. El abogado se hizo también especialista en el despojo de sus campos, el juez los condenó cuando protestaron, el sacerdote los amenazó con el fuego eterno. Y, por fin, el aguardiente consumó el aniquilamiento de una raza soberbia cuyas proezas, valentía y belleza dejó grabada en estrofas de hierro y de jaspe don Alonso de Ercilla en su Araucana”. Hoy en día, pleno siglo XXI, aún resulta ofensivo en algunas partes, decirle a alguien “indio”. Una vergüenza.

1 sindicalistas furiosos:

Pepe Grillo dijo...

Ojo, ahora también colaboro con la prestigiosa marca "Pateandola".
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http://pateandola.blogspot.com