Una persona que me conoce hace años, y con la que no me veía hace un tiempo, sostiene conmigo el siguiente diálogo recientemente.
X: Hola, tanto tiempo, ¿como estai?
Y: Bien, bien ¿y tú'?
X: Bien…oye… ¿tienes frenillos?
Y: Ah, sí, me los pusieron hace poco.
(Y aquí viene la pregunta del millón, la clave de la genialidad humana, el relámpago neuronal, el Einstein que llevamos adentro).
X: ¿Y por qué te pusiste frenillos?
(Mi mirada es contemplativa, escondiendo un poco el sarcasmo, retruco lo siguiente).
Y: La verdad es que quería enderezar mi alma corrupta y viciosa, y como vi que era una tarea un tanto compleja, partí por los dientes.
1 sindicalistas furiosos:
ajajaja es como cuando te preguntan "oye te cortaste el pelo?" jajaja
Publicar un comentario