Chile donde los conciertos son baratos.

Sobre este tema se ha escrito de forma abundante y bien informada. Se aducen una serie de razones: que impuestos, que baja fidelización del público, etc... Cuando todos sabemos que esto es un negociado ENORME. Chile es quizás el país de Latinoamérica en que las entradas son más caras.

Estas semanas se ha anunciado la visita de RATM. RATM es un tremendo grupo, una banda que marcó a toda una generación durante los 90` y parte del siglo veintiuno. Su discurso anti-fascista y su poderío musical sintonizaron con gran parte de la juventud que cuestionaba todo el sistema. Como olvidar la famosa mutación chilensis del tema “Killing in the Name”, en que en lugar de decir: “And now you do what they taught ya”, se decía “la guatona tetona”. En fin, resulta altamente interesante que para un grupo anti sistémico, anti capitalista, exista un “Rock Area” (eufemismo de área VIP) que cueste la módica suma de $85.00.  Suma de dinero completamente socialista, altruista e incluso insignificante para cualquier camarada. Se nota que el cerdo capitalista de Bruce Dickinson (voz de Iron Maiden)  está fuera de sus cabales cuando osa decir:  “They deserve not just a great show, but reasonable ticket prices. It’s a rock ‘n’ roll show, it’s not a cash cow”.  Ojo, no critico al grupo, critico a la organización. 

Pero claro, recordemos que en Chile todos los amantes de la música somos sofisticados sujetos que gozamos de altas remuneraciones, vivimos en lujosas mansiones, tenemos excelentes medios de locomoción (porque claro, todos los fans de las bandas de rock vivimos en Santiago, ¿qué son las regiones?) y querer ir a ver un concierto de un grupo de música es como irse a comer unos churros a la picada de la playa, algo sencillo, económico, en el fondo, un capricho cualquiera.